jueves, 30 de abril de 2009

INFORMACIÓN SOBRE NUTRICIÓN.

Frutas y hortalizas con efecto antitrombótico

Colaboración de David Recover (ayudante de cocina de nuestra escuela)

Fuente: Consumer.es

Autora: ELENA PIÑEIRO


Uno de los aspectos más desconocidos de algunos vegetales es su capacidad para evitar la formación de coágulos.
Es sabido que las frutas y hortalizas contienen antioxidantes y que su consumo en una cantidad adecuada se asocia a una disminución del riesgo cardiovascular. Sin embargo, su efecto antitrombótico (antiagregante plaquetario, anticoagulante y fibrinolítico) es poco conocido. La uva negra, la piña, el kiwi, los ajos y las cebollas son algunos de los alimentos vegetales a los que se atribuyen algunas de estas propiedades.

La investigación sobre la influencia de la alimentación en los factores de riesgo de enfermedad cardiovascular constituye un gran aporte en el diseño de líneas de prevención en salud pública y en la dietoterapia de apoyo al tratamiento médico de estas enfermedades. En España, las patologías del sistema cardiovascular son responsables de casi 300.000 muertes al año y constituyen la primera causa de muerte y hospitalización.


Más sobre vegetales cardioprotectores
Como bien recuerda a los ciudadanos la
Sociedad Española de Cardiología y la Fundación Española del Corazón, "una alimentación adecuada es la clave del éxito en la prevención y abordaje de las enfermedades cardiovasculares". Si no se sigue una alimentación equilibrada, el riesgo de aparición de problemas cardiovasculares a partir de la mediana edad se multiplica y estos suelen conllevar consecuencias más graves. Asimismo, en las personas que ya han padecido un accidente cardiovascular, una dieta adecuada es esencial para mejorar su pronóstico y evitar complicaciones.
En la actualidad, se conocen alimentos dañinos y alimentos beneficiosos para el
corazón y, aunque es sabido el papel benefactor que juegan fruta y hortalizas, todavía queda mucho camino por recorrer, en cuanto a investigación se refiere, para descubrir todo su potencial como alimentos cardioprotectores.
El efecto antitrombótico de estos vegetales es uno de los menos explorados. El Programa de Investigación en Factores de Riesgo de Enfermedad Cardiovascular del Departamento de Bioquímica Clínica e Inmunohematología de la Universidad chilena de Talca se ha revisado el efecto antitrombótico de algunas frutas y hortalizas y su potencial efecto protector sobre las enfermedades cardiovasculares.
Entre las frutas destacan la
piña y el kiwi como las más completas de las que se han estudiado, debido a que las dos tienen más de un efecto antitrombótico. Entre las hortalizas, el ajo y la cebolla muestran ambas efecto antiagregante plaquetario, anticoagulante y efecto fibrinolítico, tres claves en la prevención de accidentes cerebrovasculares, cardiopatía coronaria, trombosis y embolias, entre otras patologías que afectan al corazón y a los vasos sanguíneos.

Frutas, verduras y trombosis

Dentro de las hortalizas, el ajo y la cebolla muestran efecto antiagregante plaquetario, anticoagulante y efecto fibrinolítico
La trombosis es un proceso patológico por el que se forma un coágulo en el interior de un vaso sanguíneo. Las plaquetas, que son células que se encuentran en la sangre y que cumplen un papel fundamental en la coagulación, se agregan construyendo el coágulo, que forma una oclusión que obstruye total o parcialmente el paso de la sangre por el interior del vaso. Esta situación es de extrema gravedad, pues el territorio más allá del trombo deja de recibir irrigación sanguínea produciéndose en un inicio isquemia (sufrimiento celular por falta de oxígeno en los tejidos) y luego muerte de los tejidos. Por ejemplo, un infarto de miocardio se puede producir tras el impedimento de la llegada de sangre al corazón a causa de un trombo en una arteria principal.
En la última década, diversos centros de investigación acreditados han dado a luz estudios sobre el efecto antitrombótico de algunos alimentos que despejan el camino al desarrollo de políticas alimentarias de prevención, como la campaña internacional de promoción de frutas y hortalizas
"Cinco al día", y al desarrollo de tratamientos tanto farmacológicos como dietoterapéuticos.
Aunque aún falta tiempo y esfuerzo para conseguir la evidencia científica, en un primer paso se ha demostrado, tanto en laboratorio como en estudios con personas, que la uva negra, la piña, la fresa y el kiwi, además del ajo, la cebolla, el tomate, la soja y el melón, son alimentos que contienen sustancias capaces de impedir la agregación de las plaquetas, la formación de trombos y que, además, pueden destruir un coágulo.
Por ejemplo, los autores han observado en el laboratorio que 5mg de extracto de kiwi dan lugar a un 11% de inhibición de la agregación de las plaquetas para formar el coágulo; y con un extracto de kiwi de 20mg se llega hasta un 96% de inhibición. También se ha evaluado si el consumo de esta fruta modula la actividad plaquetaria. La prueba la hicieron un grupo de personas con edades comprendidas entre los 20 y los 51 años, que consumieron dos kiwis al día durante 28 días, y se observó que la agregación plaquetaria disminuyó de manera significativa.
Este hecho es tan sólo un antecedente que abre la puerta a más investigación, en la que podría indicarse el consumo de kiwi para prevenir el desarrollo de eventos trombóticos, tal y como apuntan investigadores del Departamento de Nutrición de la Universidad de Oslo. La bromelina es una enzima proteolítica que contiene azufre y que es extraída del tallo y de la fruta de la
piña (Ananas comosus). También en el laboratorio, se ha observado que la bromelina puede inhibir la agregación plaquetaria e incrementar la actividad fibrinolítica, es decir, la destrucción del coágulo sanguíneo una vez formado.


Alimentos anticoagulantes
El ajo y la cebolla han sido utilizados históricamente como alimento con propiedades medicinales para tratar una gran variedad de enfermedades, entre ellas, las cardíacas. Esta sabiduría popular en años posteriores se ha explicado por el efecto antiagregante plaquetario e hipotensor de los miembros de la familia Allium (cebollas, puerros, ajos y cebolletas). El consumo prolongado de ajo crudo, ajo en polvo, aceite de ajo o extracto de ajo desecado inhibe la agregación plaquetaria en plaquetas humanas, tal y como consta en los más recientes estudios, como los recién publicados sobre el tema en la revista "Pharmacology".
En nuestro país, investigadores de la Sección de Endocrinología y Nutrición Clínica, Unidad de Apoyo a la Investigación del Hospital Universitario Río Hortega de Valladolid han revisado las evidencias sobre el consumo de ajo y la reducción del riesgo cardiovascular. Los autores del estudio concluyen que queda demostrado que la ingesta de este alimento tiene un potente efecto sobre la destrucción de los coágulos sanguíneos y está relacionada con la reducción de la aparición de la trombogénesis.
No obstante, es necesario demostrar la disminución de los eventos cardiovasculares y describir la cantidad de ajo que hay que tomar para obtener sus efectos beneficiosos y para ello son necesarios aún más estudios complementarios.

La investigación a gran escala sobre la relación entre la alimentación y las enfermedades cardiovasculares en miles de personas, es otro de los pasos importantes para dar luz y comprobar la eficacia de la ingesta cotidiana de un tipo de alimentos en lugar de otros. En nuestro país, la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), en colaboración con la Consejería de Sanidad de la Generalitat de Cataluña y los laboratorios Sanofi-Aventis, ha iniciado el estudio epidemiológico ENRICA (Estudio de Nutrición y Riesgo Cardiovascular), el primero de este tipo en España que analizará, durante 2008 y 2009, los factores de riesgo cardiovascular en cerca de 13.000 personas.

domingo, 26 de abril de 2009

PASTEL DE AMOR





¿QUÉ INGREDIENTES TIENE UN PASTEL DE AMOR?
Receta de Ángel
  • 5 yemas de huevo
  • 4 claras
  • 250 gr. de margarina
  • 250 gr. de harina
  • 250 gr. de azúcar.
  • 1 yogur de limón
  • Muuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuucho amor
Se separan las yemas de las claras. (con las manos lavadas y con ayuda de mamá las ponemos en dos boles)
Se ponen las claras a punto de nieve, batiendo mucho , mucho mucho hasta que estén blanquitas.
Se baten las yemas y se añade el azúcar, la harina poco a poco y la margarina (calentada un poquito, para que se deshaga).
Se añade un yogur de limón.

Se echa en el molde de corazón, que tiene impregnada margarina por toda la superficie .
Se pone en el horno 30 minutos a 180º (lo mete mamá en el horno , porque es peligroso).

Se deja enfriar, se corta en trozos y se come con un vaso de leche.
¡¡está riquíiiisimo!!

viernes, 24 de abril de 2009

FRUTAS, VERDURAS Y PESCADO SON COSA DE NIÑOS

FUENTE: http//www.consumer.es
Colaboración de David Recover, ayudante de cocina de la Escuela Infantil Puerta de Madrid.


Padres y madres en casa y educadores y profesionales de restauración colectiva en el comedor escolar deben asumir la responsabilidad de que los niños adquieran hábitos alimentarios saludables
"Siempre he agradecido a mi madre que me enseñara a comer de todo y me insistiera en la importancia que tiene una buena alimentación". La declaración de hijo orgulloso representa una cara de la moneda, la positiva. La otra la tenemos en una escena que se produce cada día en el comedor de empresa o en la cena con amigos: alguien deja distraídamente en el plato la mitad de la comida, explicando -lacónicamente y sólo si le preguntan- "nunca me gustaron las verduras", o "yo, es que soy más de carne: el pescado ni fu ni fa". Son las dos caras de la moneda de una realidad, los hábitos alimentarios, que los especialistas relacionan cada vez más con la salud de la gente, en particular con la obesidad y las enfermedades cardiovasculares. Y, también, de un estado de la situación cuyo origen hay que buscar en lo que se aprende desde la infancia.

En la mesa familiar, si ponemos el foco en los niños, en su comportamiento ante la comida que se les sirve, vemos que desaparecen la carne y las patatas fritas del plato pero dejan casi toda la verdura; que se relamen de gusto con la pasta con tomate y queso pero miran de reojo las lentejas y jamás terminan el pescado si no carece absolutamente de espinas y no sabe muy fuerte; adoran los fritos, los dulces, los lácteos y la bollería, pero no hay quien les haga comer a menudo ensaladas o fruta.
Podría decirse que cada niño es un mundo, y sería cosa cierta, pero tanto nutricionistas como educadores, profesionales del sector de la restauración colectiva y padres saben que esta situación se repite cada día en muchas familias y comedores escolares: los niños comen mal, y seguro que hay disculpas y razones que lo explican pero el hecho tiene unas repercusiones muy perjudiciales en su salud.
Casi uno de cada seis menores españoles de entre 6 y 12 años padece obesidad, y a una cuarta parte de quienes no han cumplido 24 años la balanza les advierte de que pesan más de lo adecuado. ¿La razón? El excesivo consumo de alimentos ricos en grasas y de dulces, y la tradicional reticencia de los niños a ingerir fruta, pescado y hortalizas. Las nuevas costumbres de niños y jóvenes, más sedentarias que las de generaciones anteriores, y la escasa actividad física completan este explosivo cóctel que hipoteca la salud de muchos niños y jóvenes.
Qué hacer
Para los niños el día tiene pocos momentos gratificantes (hay que levantarse de buena mañana, asearse, estudiar y atender en clase, moverse de aquí para allá...) y el de la comida es uno de ellos. Como a los adultos, les gusta disfrutar cuando se alimentan. De hecho, no piensan en nutrirse, sino en comer lo que más les gusta. ¿Qué hacer para que aprendan a comer bien, y para que disfruten comiendo lo que, de entrada, no les gusta o incluso detestan?
La recompensa es un método poco aconsejable. Ofrecerles como premio algo que les atrae mucho, como el postre o "chuches", si se comen lo que no les agrada no es buen método. Especialistas en nutrición infantil de las universidades de Surrey y Gales, ambas en Reino Unido, acaban de publicar una investigación en la que concluyen que "este sistema de recompensa en forma de alimentos puede incrementar aún más las preferencias de los niños por el postre o los dulces, pues el emparejamiento de dos comidas se traduce en que la comida de recompensa se considere más positiva que la de acceso".
Otros especialistas aseguran que en ciertas circunstancias los premios pueden aumentar la disponibilidad para modelar la conducta alimentaria, pero sugieren ofrecer recompensas no alimentarias, como el reconocimiento ("estoy muy orgulloso de ti", "estás aprendiendo mucho") o pequeños objetos, como pegatinas o un lápiz de colores cuando consiguen éxitos, en otras palabras, cuando comen lo que preferirían no comer.
El equipo de nutricionistas de CONSUMER EROSKI considera que insistir tanto en casa como en el centro escolar sobre la importancia de adquirir hábitos alimentarios saludables, y compaginar esta formación con el ofrecimiento cotidiano de menús equilibrados y bien planteados que acaben agradando a los pequeños es la mejor manera de que aprendan a comer de todo.

EL EJEMPLO, EN CASA

El niño come lo que ve que sus padres comen. La razón de que el menor coma mal se debe, en gran medida, a una conducta alimentaria mal aprendida en casa y a una relación poco reflexiva con la comida, a no concederle la importancia que tiene. Por ello, resulta determinante que padres, abuelos y educadores analicen hasta qué punto, con su comportamiento alimentario cotidiano, con su disciplina y el tiempo y modo que invierten en enseñar a comer a los más pequeños, son responsables de su inadecuada conducta alimentaria. Enseñar a comer forma parte de la educación. Y como aprendizaje esencial que es, requiere un esfuerzo constante, diario.
Los pequeños son, con frecuencia, maniáticos con las comidas y manifiestan preferencias y aversiones ante ciertos alimentos. Sin embargo, y aunque las preferencias deben ser tenidas en cuenta a la hora de planificar los menús, el niño no puede dictar a sus padres los platos que han de preparar. Lo de preguntarles "qué comemos mañana" es un gran, y habitual, error. No les preguntamos si quieren ir mañana a clase. Si por ellos fuera, con su media docena de platos favoritos sería más que suficiente. Sin embargo, si la gama de alimentos que incorporan los menús familiares es amplia tendrán más posibilidades de variar y resultará más probable que acepten un mayor número de alimentos. Por el contrario, si sólo ven 2 ó 3 tipos de verduras, ensaladas y frutas o el pescado cocinado siempre de la misma forma, difícilmente asimilarán lo bueno que es comer de todo.
Los niños emulan lo que ven mucho más de lo que atienden a lo que se les explica; por tanto, aparquemos de vez en cuando la (necesaria) retórica y prediquemos (siempre) con el ejemplo: eduquemos a los niños en sabores diferentes que les permitan disfrutar de una alimentación rica, variada y saludable. Es tarea de padres y madres, en el hogar, y de educadores y profesionales de restauración colectiva, en el comedor escolar, inocularles hábitos alimentarios saludables. Eso sí, sin renunciar a que las comidas constituyan un momento placentero. Y si, de paso, los mayores aprendemos a comer un poco mejor, la jugada saldrá perfecta

Alimentos conflictivos


Los más pequeños se muestran reacios, en general, a consumir fruta, excepto el plátano, fácil de pelar y de agradable sabor dulce. Pero la clave para iniciarse en una dieta sana y variada está en que prueben otras frutas, ya que ciertas vitaminas y minerales abundan en unos tipos de fruta mientras escasean en otros. El plátano contiene mucho potasio, pero apenas vitamina C. Los niños han de comenzar el día tomando frutas: un zumo en el desayuno, o rebanadas de plátano, fresas. Si se niegan, podemos proponerles que participen en la compra y en la preparación de sorbetes, macedonias, batidos de fruta y yogur, gelatina con frutas... Al sentirse protagonistas del plato, es más probable que se lo coman. En el colegio, una buena idea es consensuar los almuerzos entre padres y profesores y dar preferencia a las frutas en el comedor. Por ejemplo, el lunes mandarinas, el martes manzana, etcétera.

En la guía de CONSUMER EROSKI "Cómo prevenir la obesidad infantil" se enumeran una serie de consejos para lograr que los niños coman frutas y verduras:

Siempre a mano. Las frutas con piel dura -plátano, naranja, mandarina- o más duraderas -manzana- se pueden llevar a cualquier lugar: en la mochila, en la guantera del coche...
A la vista. En casa, coloque las piezas de frutas, dispuestas de un modo atractivo, jugando con los colores y las formas, en un cuenco sobre el mostrador de la cocina, en la mesa del comedor o a la vista en el frigorífico. Si los más pequeños las ven y, sobre todo, comprueban que los padres comen fruta a menudo, es muy probable que ellos también se animen.
Cocinadas. Añada frutas y verduras en pequeños trozos o en puré a las recetas: lomo con puré de manzana, pollo con piña, pez espada a la naranja, flan de espinacas y gambas, espaguetis con champiñones.
Una presentación muy cuidada y atractiva. Pruebe con presentaciones llamativas: brochetas de frutas, en forma de cuadraditos, zumos con pajitas de colores...
Verduras
La mayoría de los niños no comen las dos raciones de vegetales diarias necesarias y se les hace aún más cuesta arriba comer ensalada a diario.
Verduras todo el año. Recurra a verduras congeladas o en conserva cuando sea difícil conseguirlas de temporada. Deben consumirse a diario.
Nutritivos espesantes. Use puré de verduras para espesar sopas y añadir sabor.
De postre. Prepare postres dulces con hortalizas (tarta de zanahoria, bocaditos dulces de calabaza) y con frutas (bizcocho relleno de frutas, pastel de manzana, yogur con culis de kiwi, fresas).
Recetas originales. Presente los platos de forma curiosa y original para llamar la atención de los niños. Los sándwiches vegetales cortados en círculo; las cremas en tazones o platos vistosos; los flanes o pudines de verduras, en brocheta combinado con trozos de carne o pescado; pizzas caseras con vegetales; lasañas y canelones de verduras; tortillas con verduras (setas, champiñones, calabacín, pimientos, ajetes, espinacas).
Pescado
Una vez que los niños han cumplido un año, pueden comenzar a comer el pescado desmenuzado o en trocitos, ajustando la cantidad a sus necesidades.
Sin espinas. Escoja pescados que vienen limpios, como los congelados (merluza, halibut, lenguado, emperador, colas de rape), o pida en la pescadería que se los preparen en filetes sin espinas. De todos modos, intente que coman pescados con espinas, que se acostumbren, y que vean el acto de separar las espinas casi como un juego; si rechazan de entrada los pescados con espinas, se negarán la posibilidad de disfrutar de especies sabrosas, económicas y saludables.
Recetas originales. Algunos niños se aburren de comer pescado porque siempre se les ofrece el mismo o preparado de idéntica manera. Haga un listado de recetas originales y apetitosas: empanadillas, croquetas, buñuelos, albóndigas, pizzas, flanes de pescado, lasaña o canelones, en tortilla, con salsas diversas, con patatas, con verduras, frito, a la plancha, al horno, a la parrilla, relleno..., e incluso, en bocadillo (de atún, sardinas, anchoas, salmón ahumado...). En nuestras páginas encontrará cientos de recetas originales y saludables a base de pescado.
Disimular el sabor. El sabor pronunciado de ciertos pescados genera rechazo en algunos pequeños. Si se maceran con limón, aceite y hierbas aromáticas o se acompañan de salsa, se disimula el sabor y puede resultarles más apetecible.
¿Fresco, congelado o en conserva? El pescado congelado mantiene todas las propiedades nutritivas del fresco y es muy práctico, al tenerlo siempre disponible en el frigorífico. Y las conservas de atún, bonito o sardinas y las semiconservas de anchoa son una perfecta opción para iniciar a los niños en el gusto por los pescados.

Legumbres
El papel esencial que juegan las legumbres en el crecimiento y desarrollo de los niños obliga a incorporar en los menús infantiles platos tradicionales como los cocidos de lentejas, garbanzos o alubias. Han de aprender a comerlos a menudo, no todo puede ser pasta y arroces. También podemos ofrecer recetas modernas y atractivas con legumbres, que sorprenderán a los más pequeños.
Plato combinado. Legumbres, cereales y frutos secos concentran en sí mismos todos los elementos nutritivos para convertir el menú infantil en equilibrado. Esta combinación es común en platos casi olvidados, como lentejas con arroz, garbanzos con piñones o pan rallado, o el cocido de sopa y garbanzos. Precedido este plato de una ensalada, aligeramos los menús infantiles de proteína animal, de grasas saturadas y de colesterol.
Frías o calientes. En invierno, el aroma de un plato humeante de lentejas invita a probarlo. En verano, descubrir el sabor de garbanzos, lentejas o las judías frías en ensalada sorprenderá a pequeños y mayores, acostumbrados a comerlos calientes.
De mil formas. Las legumbres tostadas -garbanzos y habas- se venden como aperitivo. También se pueden tomar en forma de paté como el hummus (crema de garbanzo con semillas de sésamo, deliciosa para untar el pan); revueltas con huevo como unos guisantes o unas habas tiernas salteadas con jamón; en forma de falafels o croquetas de legumbres o en puré.

FOBIAS ALIMENTARIAS

"No me gusta la fruta". "Pero, ¿has probado esta?" "No, pero seguro que no me va a gustar". El rechazo absoluto de los niños hacia un tipo de alimentos o a un producto nunca antes consumido puede ser una reacción, un querer hacerse notar, ante una nueva situación que están viviendo (inicio del curso escolar, hermano recién llegado al hogar, cambio de casa...) y durará el tiempo que tarden en adaptarse al cambio. El problema adquiere mayor trascendencia cuando el rechazo responde a una fobia hacia ese alimento.
Quienes han desarrollado una de estas fobias, por alguna razón, asocian ese alimento con la sensación de peligro, de malestar o con una experiencia desagradable. Pesadillas que se tuvieron el día que se probó el alimento; un mal recuerdo del día que se comió por primera vez; una sensación de acoso por parte de la madre o el padre ansioso por dar a probar el alimento, o una atención excesiva ante el acto de comer o el contenido de la comida... son causas que pueden hacer que, de niño, se desarrolle un trauma y se rechace uno o más alimentos para siempre.
El cuadro de fobia alimentaria, si limita en gran medida la alimentación del niño, merece ser tratado por psicólogos que, hay que saberlo, aseguran que insistir al pequeño en que supere esos miedos puede conseguir el efecto contrario y potenciar el rechazo e incluso convertirlo en perpetuo. Si se opta por la amenaza, el niño puede adjudicar a ese alimento una "culpa" extra, haber creado esa situación tensa y desagradable, que se sumará a las reticencias previas.
Los expertos apuntan que la fobia a probar alimentos nuevos (neofobia) surge porque se ha acostumbrado a los niños a una alimentación repetitiva y poco variada, tanto en diversidad de alimentos como en sabores, colores, preparación de los platos y su presentación: asociar siempre los macarrones al tomate, el pescado al rebozado, etc. Así, los cambios los ven como innecesarios y riesgosos, prefieren lo conocido, lo que saben que les gusta. Por otra parte, los comentarios negativos de padres y hermanos sobre el plato preparado o, peor aún, sobre la actitud del niño problemático ("ni te molestes en servirle, no lo va a probar...") acentúan el rechazo.

jueves, 23 de abril de 2009

FELIZ DÍA DEL LIBRO




Padres, madres, abuelas y abuelos, niñas y niñas, educadores y profesoras, personal de la Escuela Infantil: HOY ES EL DÍA DEL LIBRO.
23 de abril, efemérides de Cervantes, día de Premios, de reconocimientos literarios.
Pero la mejor celebración la tenemos hoy y en los siguientes días en la ESCUELA INFANTIL.

Durante estos días podréis ver el trabajo realizado en cada casa relacionado con la alimentación, esas recetas tradicionales, esos platos tan ricos hechos por las manos de nuestros niños y niñas, acompañados de abuelos, padres.
Os invitamos a ver el rincón literario-gastronómico de nuestra escuela, con los libros que han preparado los niños y niñas desde las clases.
Están de rechupete.


miércoles, 15 de abril de 2009

Solicitud de beca de libros



Estará abierto hasta el 4 de mayo para la escolarización en Infantil, Primaria, Secundaria y Especial en centros públicos y concertados.

Las solicitudes se entregan en el centro elegido como primera opción y deben ir cumplimentadas y firmadas por ambos padres o tutores